Cannabis y Conciencia: Redescubrir lo que nos han enseñado a olvidar
“El cannabis nos aporta una conciencia que nos pasamos la vida siendo entrenados para pasar por alto y olvidar y apartar de nuestras mentes”. – Carl Sagan
En los silenciosos momentos posteriores al consumo de cannabis, muchos consumidores informan de un cambio familiar pero profundo en la percepción, un levantamiento de los velos que normalmente filtran nuestra experiencia. Este fenómeno merece algo más que una observación casual. Invita a una exploración más profunda sobre cómo el cannabis podría ayudarnos a recuperar formas de conciencia que la vida moderna nos entrena sistemáticamente para abandonar.
El estrecho camino de la percepción convencional
Desde la primera infancia, nuestro sistema educativo recompensa determinadas formas de atención y desalienta otras. Aprendemos a dar prioridad al pensamiento lineal, al procesamiento verbal y a la concentración orientada a objetivos. Estas habilidades cognitivas cumplen funciones esenciales, pero su dominio
tiene un coste.
¿Qué se queda atrás? Nuestra capacidad innata para:
● Conciencia abierta: La capacidad de percibir sin categorización inmediata
● Riqueza sensorial: Compromiso pleno con la complejidad textural de la experiencia
● Conciencia del momento presente: Experimentar el tiempo como una expansión y no como una
escasez
● Pensamiento metafórico: Ver pautas y conexiones significativas entre
ámbitos dispares
Estos modos de percepción no desaparecen por completo, simplemente quedan relegados a la
periferia, a la que se accede principalmente a través de los sueños, la creación artística o los momentos fugaces de asombro.
El cannabis como herramienta cognitiva
El cannabis no es simplemente recreativo. A lo largo de la historia, diversas culturas han reconocido su potencial como herramienta cognitiva que ajusta temporalmente los filtros a través de los cuales procesamos la realidad.
El sistema endocannabinoide, que ahora se sabe que regula numerosos procesos
fisiológicos, parece influir en la forma en que priorizamos la información sensorial y accedemos a la memoria.
Los cannabinoides como el THC y el CBD interactúan con este sistema de forma que pueden modificar temporalmente
los patrones habituales de percepción.
Las investigaciones sobre el cannabis y el pensamiento divergente sugieren que dosis moderadas pueden potenciar la resolución creativa de problemas y el reconocimiento de patrones, precisamente porque alteran las vías asociativas convencionales. Un estudio de la Universidad de Londres descubrió que los consumidores de cannabis mostraban un procesamiento semántico más flexible, es decir, la capacidad de identificar conexiones inusuales entre conceptos.